El
último capítulo, La sociedad del cansancio, arroja más luz sobre el
asunto al añadir el efecto del dopaje que se considera admisible para
aumentar el rendimiento de, por ejemplo, un cirujano que salva vidas. Se
busca un cuerpo que funcione sin alteraciones y maximice su
rendimiento. Pero el exceso de actividad y de rendimiento provoca un
"infarto del alma". Añade
que el cansancio de la sociedad del rendimiento es un cansancio a solas
que aísla y divide. Lo contrapone al cansancio de Handke, que es
inspirador como el domingo pensado para no hacer nada y disfrutar de un
tiempo de paz, que se contrapone al cansancio del Yo agotado, que se
debe a un exceso de positividad e incapacita para hacer algo. La
comunidad del Pentecostés, del sabbath o el domingo libre, se opone a la
sociedad activa.
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