Las actividades humanas, desde la
obtención de una materia prima, hasta el desecho de los residuos generados tras
la obtención de un producto tecnológico, pueden tener consecuencias nefastas
para la conservación del medio ambiente. Algunos ejemplos son la desertización,
el impacto medioambiental de las obras tecnológicas, la contaminación producida
en la obtención y tratamiento de muchas materias primas o de fuentes de energía
y los residuos generados en muchas actividades industriales.
Impacto ambiental
directo. La ejecución de obras públicas (carreteras, pantanos,
etc.) y las explotaciones mineras modifican el ecosistema en el que habitan
muchas especies animales y vegetales. Estas obras pueden separar las
poblaciones de ambos lados de la carretera, vía férrea, etc.
Desertización. Cada
año aumenta la superficie desértica del planeta. Esto da lugar a un
empobrecimiento general del suelo, lo que perjudica las actividades agrícolas y
ganaderas de la región afectada.
Contaminación. Quizá
sea el efecto más apreciable. El incremento en el consumo de energía ha hecho
que aumenten considerablemente las proporciones de determinados gases (dióxido
de carbono, óxidos de azufre, etc.) en la atmósfera, sobre todo cerca de las
áreas industrializadas. Algunas consecuencias de la contaminación del aire son
el calentamiento global del planeta debido al efecto invernadero o la
disminución en el grosor de la capa de ozono.
Generación de
residuos. Determinadas actividades tecnológicas generan residuos
muy contaminantes que resultan difíciles de eliminar, como algunos materiales
plásticos o los residuos nucleares.
Los accidentes de petroleros tienen
unas consecuencias nefastas para el entorno marino en el que tienen lugar. Las
mareas negras producidas pueden dañar considerablemente a las poblaciones de
peces, aves marinas, etc., de la región afectada.
Cambios
climáticos globales.
- Recalentamiento global del
planeta. (Efecto de invernadero)
Las transformaciones traen consigo
cambios en los regímenes de lluvia y en los ecosistemas marinos, aumentan las
probabilidades de ciclones, vulnerabilidad de las zonas templadas a
enfermedades de malaria, del dengue, fiebre amarilla y afectaciones en muchos
cultivos de esa área, ejemplo el trigo.
Deforestación
Disminución sensible de los Bosques
solo cubren actualmente el 30 % de la superficie terrestre.
Desertificación
y/o desertización
Existen 8 millones de km2 de
desiertos. Cada año, 6 millones de hectáreas de tierras cultivables se
convierten en desiertos, una superficie tan grande como Suiza (41 285 km2). De
los 50 millones de km2 de tierras áridas, 36 millones se usan como pastaderos.
La desertificación en el interior de los continentes aumenta por el efecto de
las lluvias ácidas. El 40 %de las tierras del mundo en proceso de desertificación.
Disminución de la
biodiversidad biológica
Se han extinguido 30 millones de
especies; más del 80 por ciento en las zonas tropicales. La pérdida de especies
de una diaria en 1980 aumentó a una por hora en 1990. Se estima que 250 mil
especies 1/4 de la biodiversidad total de la Tierra corre grave peligro de
extinción en los próximos 20 a 30 años (350 aves, 200 mamíferos, 25 plantas
producto de la deforestación). En las últimas décadas el número de abejas
salvajes se ha reducido en 90 por ciento como consecuencia del uso de
pesticidas.
Destrucción de la
capa de ozono
Se calcula que el nivel medio de
ozono estratosférico se redujo alrededor de un 5 por ciento en el período del
1979 al 1986.
Disminución del
agua potable
El Agua dulce: en la década de los
90 creció dos veces su uso.
A mediados de la década de los 90,
el 40 % de la población con déficit hídrico.
Existe una dependencia creciente
hacia este recurso por la humanidad. En la actualidad la falta de agua afecta a
más de 80 países y a más del 40 por ciento de la población mundial.
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